La pequeña y mediana empresa (PYME) tiene ventajas que facilitan la adopción de tecnologías de información, siendo la principal  la agilidad con que se puede tomar decisiones.

Los gerentes de este tipo de empresas reaccionan con mayor rapidez y comunican sus ideas con más fluidez, además, en general, los empleados tienen un contacto más cercano con el mercado y el nivel ejecutivo interno. Las desventajas de la PYME son no contar con muchos recursos de capital y la dificultad para contratar o retener el personal mejor calificado. Independientemente de que su organización esté aprovechando las ventajas o neutralizando las desventajas presentadas, lo que está claro es que la implantación exitosa de tecnologías de información en la pequeña y mediana empresa tiene incidencia directa en el crecimiento frente a la competencia.

La PYME ecuatoriana es eficiente creando productos y adaptándolos a las nuevas circunstancias, pero es ineficiente a la hora del manejo administrativo y la gestión de los recursos humanos y la información que producen y manejan. Utilizando de mejor manera la tecnología de información se obtendrá como resultado un nuevo recurso (la información) que nos permitirá administrar mejor los demás recursos tradicionales como el dinero, los inventarios, el personal y la maquinaria para lograr modernizar operaciones, reducir tiempos y disminuir desperdicios. Los sistemas informáticos ayudan a aumentar el nivel de calidad y permiten obtener ventajas competitivas que crean una diferencia con las otras empresas del ramo.

Según un reciente estudio, la mayoría de pequeños empresarios considera que los únicos sistemas informáticos que necesita son un programa de contabilidad, software de oficina (como un procesador de palabras o una hoja de cálculo), el correo electrónico y acceso a internet. El programa de contabilidad al final del mes produce un balance de situación y un estado de resultados que es, prácticamente,  toda la información usada para la toma de decisiones importantes. Cuando se pregunta sobre el análisis previo a la adquisición del software, los empresarios responden que consideran que todos los programas contables son equivalentes.

La estrategia de la PYME pareciera ser cubrir los costos fijos. generar una pequeña utilidad para los dueños y pagar los costos de los materiales usados para el producto o servicio que se vende. Poco o nada se habla de investigaciones de mercado para conocer lo que está haciendo la competencia, o de la estructura de los costos para optimizar los elementos sin sacrificar la calidad. Poco tiempo se invierte en calcular niveles óptimos de inventarios o en determinar cuales son los productos, servicios y clientes más rentables. Ni hablar de planes de contingencia en previsión de pérdidas masivas de información o de controlar la forma en que se está usando el correo y el acceso a internet.

El problema radica en que existe la percepción de que para tener la infraestructura tecnológica de las grandes empresas se necesita altas inversiones de capital y la contratación de personal costoso. Por eso es importante recalcar el ahorro de costos que significa adoptar sistemas informáticos de código abierto y considerar que se puede evitar la necesidad de contratar personal adicional si se cuenta con los asesores externos adecuados y confiables. Un directivo que tenga herramientas para tomar decisiones acertadas en el momento preciso, es un directivo con pleno potencial para llevar a su empresa al éxito.



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Se nos ha dicho que el talento humano del nuevo milenio se motiva con cosas muy diferentes al de las generaciones mayores y que se necesita un nuevo enfoque en las empresas para retener y conseguir lo mejor de sus colaboradores. Recientemente, una encuesta realizada entre los miembros de LinkedIn podría demostrar que las cosas en realidad no han cambiado tanto.

Antes de proseguir hay que advertir que la encuesta citada no tiene la rigurosidad científica o estadística suficiente para sacar conclusiones absolutas debido a que se circunscribe al ámbito de personas que participan en la red profesional LinkedIn y que los perfiles publicados no necesariamente tienen información completa o veraz. Dicho esto, cuando se analizan las respuestas de personas con edades entre 18 y 29 años a la pregunta "¿Cuál es el factor más importante que lo mantiene en su posición laboral actual?", los factores que superan ampliiamente a los demás son el sueldo y la posibilidad de ascensos (que a su vez se asocian con ganar más dinero, por supuesto). Las otras opciones fueron: cultura organizacional, capacitación y balance entre la vida familiar y el trabajo.

En el grupo de personas mayores de 45 años, ante la misma pregunta, otra vez se obtiene que el sueldo es lo más importante, seguido de balance entre la vida familiar y el trabajo. Solamente para las personas entre 37 y 44 años de edad el factor más importante es la cultura organizacional. Interesante también observar que la capacitación ocupa el último lugar en todos los grupos.

Quienes hablan de la nueva empresa para el siglo 21, argumentan que para maximizar la productividad y la satisfacción personal de los colaboradores es necesaria una cultura que promueva tres cosas: autonomía que es la posibilidad de definir lo que hay que hacer, propósito que significa estar convencido que los objetivos trazados tienen trascendencia y, que esté a cargo de líderes que tengan credibilidad. Volviendo a los resultados de la encuesta, estos temas parecerían ser importantes solamente para quienes, por su edad, conformarían los mandos medios de la empresa.

La discusión sobre si los incentivos tipo bonos, comisiones y altos sueldos son la mejor forma de motivar a los trabajadores no es nueva, a mediados del siglo pasado Frederick Herzberg, un sicólogo que sigue siendo estudiado por sus libros sobre temas gerenciales, planteaba que un ingreso económico alto no es crítico para la motivación o la satisfacción, pero que un nivel de ingresos muy bajo es ciertamente desmotivador. Varios estudios posteriores demuestran que cuando la tarea a realizar es mayormente mecánica y repetitiva, las recompensas en dinero funcionan bien. Cuando el trabajo encomendado requiere de creatividad o innovación, quienes mejor se desempeñan son aquellos que obtienen otro tipo de beneficios como reconocimiento o la satisfacción de estar cumpliendo una tarea significativa para la sociedad.

En principio, lo dicho implica un nivel de altruísmo que los escépticos dirán que no existe en la vida laboral actual. Pero hay que tomar en cuenta que el cambio, que es lo único invariable, nunca sucede en un lapso corto a menos que haya una poderosa motivación, se requiere la activa participación de colaboradores con la capacidad y entusiasmo para hacerlo posible. En este contexto, las personas primero deben sentir que la organización para la que trabajan es capaz de reconocer lo que hacen bien pero también está dispuesta a corregir lo contrario. Las organizaciones incapaces de lograrlo corren el riesgo de petrificarse o, en otras palabras, seguirán siendo movidos por una inercia que les lleva siempre a actuar de la misma vieja forma sin importar todos los cambios que es evidente que tienen que hacerse.

Hay varios ejemplos de empresas que consiguen excelentes resultados sin recurrir a las tradicionales recompensas materiales. En una de sus charlas, el experto en motivación Daniel Pink mencionó que la empresa australiana Atlassian periódicamente permite que sus colaboradores trabajen durante un día en cualquier proyecto que se les ocurra con la única condición de que a la mañana siguiente presenten algún resultado, al equipo que presente el trabajo ganador se le premia con una camiseta y el derecho a alardear sobre su victoria hasta cuando se lleve a cabo el siguiente día al que han denominado "Entrégalo". Algunos de los proyectos provientes de Entrégalo se han convertido en productos exitosos, pero los líderes de la empresa tienen mucho cuidado en mantener el espíritu de este día como una oportunidad de divertirse mientras se aprende algo nuevo y se trabaja en equipo, sin generar otras expectativas.

En el ámbito del modelo de desarrollo de software de código abierto también hay muchos ejemplos de proyectos exitosos que no tienen como meta convertir a su creador en el nuevo billonario que reemplace al que hasta el día anterior ostentaba ese título. Para nombrar solamente dos ahí están Linux, el sistema operativo que está presente en millones de aparatos y Wikipedia, la enciclopedia escrita por miles de personas que no han cobrado un centavo por eso y cuyos nombres rara vez se conocen.



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El 17 de mayo se celebra el Día de Internet en varios países de hispanoamérica, entre ellos el Ecuador. La fecha se estableció a partir de un pedido realizado en el 2005 por la Asociación de Usuarios de Internet a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) que es el organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de información y comunicación (TIC). En este siglo 21 es difícil imaginar la vida sin internet.

Probablemente eso no lo previeron quienes en 1969 en la Universidad de Los Angeles (UCLA) conectaron dos computadoras mediante un cable de  5 metros y enviaron un corto mensaje de prueba de la una a la otra, dejando el terreno listo para el nacimiento de la red de computadoras universitarias ARPANET. Quizás tampoco Vinton Cerf se imaginó cuando presentó el protocolo TCP/IP en 1972, que 40 años más tarde la internet superaría los dos mil millones de usuarios en todo el mundo.  Quien sabe si Tim Berners-Lee se imaginaría, cuando en 1989 publicó el HTML, el HTTP y la primera página, que la Web almacenaría 23 años después 500 exabytes de información. Seguramente Marc Andreessen líder del equipo de desarrolladores que el año 1993 lanzó Mosaic, el primer navegador que masificó el acceso a los sitios web, no tenía forma de saber que la penetración de internet en Ecuador para mayo 2012 sería del 30%, que el promedio de Latinoamérica sería 40% y que en Europa 62% de sus habitantes tienen acceso a internet.

Lo que  es un hecho indiscutible es que ninguno de estos hitos se hubiera alcanzado en tan poco tiempo de no ser porque todos estos protocolos, lenguajes de programación y aplicaciones los crearon personas que creyeron en una filosofía de estándares abiertos y software libre que permitió que el conocimiento se esparza sin fronteras, sin patentes, sin negociantes que retarden la innovación a cambio de ganar tanto dinero que luego sus conciencias les obliguen a “pensar” en devolver la mitad en donaciones

Se mencionó que el almacenamiento de datos en internet se estima en 500 exabytes. Para dar una idea de lo que eso significa recordemos a continuación las unidades de medida del almacenamiento en disco duro:

1000 gigabytes (GB) = 1 terabyte (TB): en 1 GB caben aproximadamente 300 canciones; una tablet de 32 GB puede almacenar todas las canciones, videos, aplicaciones y documentos que utiliza una persona promedio para su trabajo y entretenimiento.

1000 TB = 1 petabyte (PB): según cálculos que hizo Google cuando comenzó a digitalizar todos los libros existentes, se han publicado 130 millones de libros desde el invento de la imprenta; digitalizados todos ellos cabrían en 200 TB.

1000 PB = 1 exabyte (EB): Considerando que en un disco Blu-Ray se pueden grabar 9 horas de video de la más alta definición, en 1 PB caben 21 años de estos videos. Si se toma una foto de alta resolución por minuto a cada integrante de la familia todos los días durante 80 años, se requiere una familia de 16 personas para llenar 1 PB.

1000 EB = 1 zetabyte (ZB): Por ahí se ha dicho (imposible comprobar por supuesto) que en 2 EB caben todas las palabras que ha pronunciado la humanidad desde el comienzo del lenguaje hablado.

1000 ZB = 1 yotabyte (YB): Se calcula que en el 2016 el tráfico en la internet llegará a 1,3 ZB, es decir circularán más datos que la suma de información que se ha movido entre 1989 y 2012.

Con respecto al YB lo único que se puede decir es: 1 seguido de 24 ceros, 1,000,000,000,000,000,000,000,000 bytes o, si prefiere, un billón de terabytes. A la más alta velocidad teórica de banda ancha actual tardaría 900 millones de años descargar un archivo de 1 YB.

En la última década Internet cambió la vida de las personas en varios aspectos:

Acceso a la información: La web es hoy en día la mayor fuente de información, generada por todo tipo de usuarios; basta con teclear en un buscador lo que nos interesa conocer, ya se trate de consultar las noticias, la dirección del taller más cercano o recomendaciones dietéticas.

Ocio y entretenimiento: La televisión ha dejado de ocupar la mayor parte de nuestro tiempo de ocio. Según la Asociación Europea de Publicidad Interactiva (EIAA), Internet es el medio más consumido por los españoles, situándose en número de horas (13,3 horas semanales) por encima de la televisión (13 horas semanales), la radio (12,6 horas semanales) y la lectura de periódicos (4,6) y revistas (3,6).

Comunicación y relaciones interpersonales: La forma de comunicarnos ha cambiado para siempre. La inmediatez del correo-e ha reemplazado a las cartas tradicionales, los blogs se han convertido en un importante medio para contar experiencias y expresar opiniones. Por otro lado, las redes sociales y el microblogging nos brindan la oportunidad de relacionarnos con otras personas sin necesidad de estar físicamente presentes.

Consumo y pagos: Comprar es una actividad que puede realizarse con total comodidad 24 horas al día, sin importar el sitio en donde se encuentran el comprador y el vendedor. El dinero en efectivo se vuelve obsoleto frente a nuevas fórmulas de pagos en línea, mientras los servicios financieros en Internet y los dispositivos móviles simplifican las transacciones.

Oficina: la oficina ya no es un lugar físico, sino una actividad que puede llevarse a cabo en cualquier momento y lugar. Los dispositivos móviles y las nuevas tecnologías de colaboración permiten que los equipos de trabajo interactúen con una enorme facilidad y naturalidad, como si estuvieran reunidos en la misma sala aunque se encuentren a miles de kilómetros de distancia. En otro aspecto relacionado al trabajo, internet ofrece múltiples oportunidades académicas: cursos en línea, tutorías virtuales, especializaciones de carácter público y privado.

Larga vida a la internet siempre  bajo el principio de neutralidad de la red que determina que ni los gobiernos ni los proveedores de servicios pueden ser guardianes o reguladores de los contenidos y servicios.



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El meteórico ascenso de las redes sociales permite conectar virtualmente a todos los individuos, cambiando la forma de comunicarse, y no solo se usan como medio de esparcimiento, sirven también como medio de vigilancia, manifestación y organización frente a problemas de diversa índole como la política y la economía.

De la misma manera como la masificación de internet en los últimos diez años obligó a cambiar la forma de operar de las empresas, ahora la presencia de las redes sociales podría colocarlas en un nuevo punto de partida en el que deberán decidir si tiene sentido convertirse en una Empresa Social.

Para comprender la definición de Empresa Social hay que empezar con las características que debería tener. En primer lugar permitir a los individuos, sean clientes, proveedores o empleados, formar redes que generen nuevos flujos de innovación y creatividad para encontrar nuevas oportunidades de negocio.  La segunda característica es la transparencia que significa capturar conocimiento desde muchas fuentes lo que permitiría reaccionar rápidamente a los cambios. La tercera característica de las empresas sociales  es la agilidad para utilizar nuevas formas de conectar individuos mediante plataformas abiertas que conviertan el tiempo y la localización en ventajas a su favor.

Al permitir que las personas, dentro y fuera de la organización, documenten y compartan su conocimiento e ideas se podrían obtener grandes beneficios como la habilidad de utilizar esa inteligencia social en la toma de decisiones mejores y más rápidamente. La empresa social cambia su enfoque en documentos y proyectos por otro que coloca en el centro a las personas, el elemento clave para este cambio de enfoque es la confianza que debe despertar la empresa para que todas estas personas compartan sus ideas y experiencia.

En la búsqueda de la empresa social conviene familiarizarse con la nueva terminología que se maneja actualmente:

Empresa 2.0. La que se enfoca principalmente en la colaboración entre clientes y asociados. Cuando se aplica efectivamente posibilita que grandes organizaciones se comporten de manera más ágil y reaccionen de la manera en que lo hacen organizaciones más pequeñas en el mejor sentido de la palabra.

CRM social. La estrategia que permite a una empresa hacer de sus clientes el punto central alrededor del cual se desarrollan las ideas, productos y servicios que la organización ofrece.

Medios sociales. Es otro canal compuesto por las redes sociales del tipo Facebook y Twitter, este canal tiene sus propios procesos, guías, disciplina y medición de responsabilidad.

Software social. Un amplio conjunto de herramientas como mensajería, blogs, perfiles, foros, etc. que viabiliza los conceptos anteriores e incluye aplicaciones que se usan detrás del cortafuegos empresarial así como servicios de terceros que están más allá de ese cortafuegos.

Mensaje viral. Un mensaje que se envía a un usuario que a su vez lo retransmite a más de una persona, originando una cadena que tiene las características de una epidemia. Puede ser también la recomendación de un video en YouTube o una opinión expresada en un blog.

Transformarse en una empresa social puede ayudar a una organización a profundizar las relaciones con los clientes, a mejorar la eficiencia operacional y a optimizar las funciones de la fuerza de trabajo. En el futuro cercano las marcas podrán ser reforzadas o destrozadas en una fracción del tiempo del que toma ahora, debido a la proliferación de los mensajes de tipo viral que se producen en las redes sociales. Los compradores cada vez más basan sus decisiones en información digital, evaluaciones de otros compradores y soporte en línea.

El reto que enfrenta la mayoría de empresas en esta época turbulenta es construír una organización que se adapte más rápidamente, que sea creativa e innovadora sin perder la eficiencia y la resistencia. Está cada vez más claro que la empresa jerárquica tradicional con una estructura departamental y compartimientos cerrados de información tendrá que transformarse para captar y retener clientes. La nueva organización deberá funcionar en base a comunidades que estén en constante evolución y deberá tener una cultura de compartir e innovar; esto implica que deben ocurrir muchos cambios que lleven a aprovechar el potencial productivo de empleados, clientes y proveedores interactuando en una cadena de valor. Las organizaciones que persigan esta cultura de Empresa Social tendrán el potencial de ser líderes en su segmento.



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El almacén de datos y la Inteligencia de Negocios son, usualmente, considerados sistemas independientes para la planificación estratégica y la toma de decisiones. Sin embargo, a medida que la tecnología madura, es evidente que el análisis de información es vital para el proceso táctico del día a día.

En consecuencia, hay una tendencia hacia la integración de la toma de decisiones en el proceso general de las organizaciones debido a la necesidad de reaccionar con mayor rapidez a las cambiantes condiciones de la economía.

La existencia y la calidad del análisis integrado pronto serán la vara para medir a los desarrolladores de aplicaciones. Quienes toman decisiones dentro de las organizaciones se han dado cuenta de que los datos almacenados en ese gran número de tablas que conforman su software operacional realmente no constituyen información útil para realizar su trabajo, así como se han dado cuenta de que no es sencillo encontrar problemas enterrados en reportes de 50 a 100 páginas. Definitivamente se requiere una aplicación de análisis orientada a generarinformación útil a partir de la aplicación empresarial (ERP) con mayor oportunidad y claridad.

Algunos sistemas ERP incluyen generadores de reportes que pueden llegar a producir informes de acuerdo a un calendario automático predefinido. Lamentablemente, eso no ayuda lo suficiente ya que esos reportes siguen teniendo un formato estático cuando los parámetros para monitorear cualquier área del negocio, encontrar problemas y tomar acciones concretas para resolverlos, son muy dinámicos y dependen de muchas variables que pueden influir en el proceso, en diferentes combinaciones cada vez. Los sistemas ERP inclusive producen alertas llegan a personas específicas cuando se presenta algún problema de acuerdo a los indicadores configurados, pero eso no ataca asuntos más importantes como la habilidad para detectar un problema antes que se produzca, como tampoco ayudan a definir el curso de acción para maximizar el ingreso o incrementar la satisfacción del cliente, por ejemplo.

Las decisiones tienen que dejar de tomarse de manera intuitiva para pasar a ser resultado de un proceso de análisis férreamente integrado a las aplicaciones empresariales que permita entregar, en el momento preciso, a las personas adecuadas, la información necesaria para que puedan recomendar las acciones más acertadas. En las actuales circunstancias, muchas empresas requieren extender esta integración para ajustar las operaciones de manera automática en base a mensajes generados por un conjunto de elementos que interactúen sin intervención humana, incluso algunas empresas quisieran que eso se produzca en tiempo real.

El término “tiempo real” en el contexto del proceso de toma de decisiones es controversial porque sugiere un sistema que recorra un círculo completamente automático que sea capaz de, en cuestión de segundos, primero: extraer los datos operacionales, calcular sumas, promedios y otros agregados, validar su calidad y cargarlos en un almacén de datos; segundo: analizar esos datos; tercero: dirigir esos datos al sistema automatizado de decisiones; cuarto: genere las recomendaciones apropiadas o, incluso, modifique directamente las operaciones de la organización.

Claramente se puede concluir que este procedimiento no es factible. Aún en el caso de que los proveedores de tecnología logren difundir el mensaje del uso de este tipo de software (existen actualmente varios productos que ofrecen cumplir con todos los pasos del ciclo), el proceso de toma de decisiones debe involucrar personas aplicando su conocimiento y experiencia en cada uno de los eslabones de la cadena. No es posible imaginar un accionista de empresa que confíe su negocio a una máquina, al menos no en nuestro tiempo.

Las condiciones económicas están forzando a las empresas a extender la responsabilidad de las decisiones hacia niveles más bajos del organigrama y a que esas decisiones sean tomadas rápida pero cuidadosamente. Los usuarios demandan más fácil acceso a los datos de las aplicaciones empresariales y no se conforman con simples generadores de reportes. Las presiones tampoco permiten que se pueda esperar a que el personal del departamento de informática tenga el tiempo necesario para suplir las necesidades de información de cada usuario individualmente.

Las organizaciones que sobrevivan en este clima extremadamente competitivo serán las que sean capaces de desarrollar las relaciones más eficientes con sus proveedores y empleados a la vez que ofrezcan el mejor servicio a sus clientes. El tiempo es el principal enemigo y quien sea capaz de tomar las acciones correctas en el tiempo oportuno, será quien haga la diferencia entre la ganancia y la pérdida financiera. La organización inteligente es aquella en la que sus colaboradores tienen la manera de medir la salud de las áreas de negocio a su cargo y simular los resultados de algunas acciones que cambien la forma actual de hacer las cosas. La forma más rápida de llegar a esa meta es la integración de aplicaciones empresariales con las herramientas analíticas.



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La Web se torna humana, las conexiones entre individuos se multiplican, las personas tienen mayor poder de participación. En las redes sociales se conversa, se debate, se forman las opiniones de consumidores y se construye (o destruye) la reputación en línea de empresas de todo tamaño.

Hay millones de usuarios activos en Facebook, en Twitter, en Google+: es lógico que las empresas consideren que para acercarse a sus clientes es necesario estar en las redes sociales.

Estar en las redes sociales implica una estrategia que se va definiendo a partir de plantearse una serie de cuestiones previas. La primera, aunque parezca obvio, es definir un objetivo, preguntarse la razón para estar en una red social y lo que se quiere obtener de ello. Luego hay que identificar las redes en las que se quiere estar; lo cierto es que hay muchas y no se puede estar en todas, por lo que conviene localizar aquellas en las que sería más conveniente tocar temas relacionados con nuestra empresa. Después, planificar cuidadosamente el contenido que se va a publicar y la frecuencia con que se lo hará, no se vale publicar compulsivamente y de forma automática mensajes promocionales; en las redes sociales habitan personas que quieren interactuar con otras con nombre y apellido. Finalmente estar conscientes de que estar en las redes  sociales no es gratuito, aunque crear una cuenta de empresa no tiene costo, para que cumpla sus objetivos se necesitará invertir tiempo, recursos y una buena dosis de paciencia.

Utilizar las redes sociales para una empresa es diferente que hacerlo para alimentar un perfil personal, colgar fotos y encontrarse con los amigos. De hecho, en la mayoría de redes, crear un perfil personal para utilizarlo con fines comerciales viola los términos y condiciones y podría acarrear el cierre de esa cuenta.  Las empresas deben crear perfiles comerciales que, por ejemplo, en Facebook se conocen como “páginas Facebook” y en Google+ se llaman “páginas Google+” o también “Google+ para empresas”. El acceso a nuestras páginas en las redes sociales proporciona cierta publicidad, pero lo verdaderamente importante es que permite conectar con los usuarios de la red social quienes añaden contenidos y reaccionan instantáneamente a los que proporcionamos. Por ejemplo, informamos de las novedades de los productos o servicios que se ofrecen, pero es el usuario el que los pide directamente, pregunta sobre ellos e indica de varias formas si le gustan o no, a través de los cada vez más comunes botones “Me gusta” de Facebook ó “+1” de Google+.

Introducir un negocio en las redes sociales es sencillo, pero obtener los resultados esperados lleva su tiempo. Aunque todo empieza abriendo páginas o cuentas en los diferentes servicios, el proceso de estar presente de manera real en las mismas es eso, un proceso que implica tiempo y constancia. Son muchos los caminos que se pueden tomar de cara a darnos a conocer, pero lo primero, una vez que se tiene bien definida la estrategia, es designar la persona responsable de los contenidos y las conversaciones con los usuarios.

En internet, las personas se comunican directamente y con su propia voz. Están acostumbradas a hacerlo así, por eso cuando una empresa se une a las conversaciones, no sirve el tono aséptico de un folleto. Mejor que únicamente identificarnos como una marca, es mostrar que hay personas trabajando detrás de nuestras páginas de redes sociales. Los seguidores podrían llegar a pensar que nuestra cuenta es nada más un receptáculo de actualizaciones automáticas. Pero las cosas cambian cuando interactuamos, cuando las personas que manejan la marca tienen una foto y no un logo, nombre y apellido: los usuarios sienten que están siendo escuchados.

Facebook ofrece dos tipos de páginas (accesibles en www.facebook.com/pages), por un lado las páginas comunitarias destinadas a a temas generales y no oficiales, por ejemplo, un club de fans y las páginas oficiales que son las que se utilizarán para promocionar un negocio, una marca o a un personaje público.

Google+ es relativamente una red social nueva pero sus creadores están empeñados en posicionarla además como una herramienta poderosa de mercadeo por lo que han lanzado  una sección específica para empresas accesible en www.google.com/intl/es/+/business/. En ella cualquier negocio puede promocionar sus servicios y productos e interactuar directamente con los clientes de una forma innovadora. No solamente permite tener presencia en la red social, sino publicar todo tipo de contenidos relacionados con nuestras actividades y dar protagonismo a los visitantes.



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Según la definición de GNU.org el software libre "es un asunto de libertad, no de precio" pese a lo cual, generalmente, es gratuito. Por otro lado, existe el software de código abierto que no es gratuito, pero es la mejor alternativa para reducir los costos y mejorar la eficiencia de su ambiente informático. En cualquier caso, no se trata de elegir el software por los bajos costos, sino por la flexibilidad,  escalabilidad, confiabilidad e innovación. Dicho esto, el bajo costo de nuestras soluciones y servicios es simplemente otro aliciente.

Flexibilidad: todo software es inherentemente imperfecto debido a que las organizaciones están constantemente cambiando, por ello, una de las características más importantes del software es que que sea flexible, es decir, que sea posible realizar cambios funcionales de manera fácil y oportuna.

El software de código abierto tiene este beneficio en contraposición al software propietario en el que la evolución depende de unos lazos muy estrechos con su proveedor y, además,  que sea de interés para él realizar las adaptaciones. Otro punto a favor de la flexibilidad es la utilización de estándares, una regla rigurosa en el ecosistema del software libre, ya que esto facilita el entendimiento y, por lo tanto, la modificación de los componentes.

Si los ejecutivos están conscientes de que su organización cambia más rápido que el software que utiliza, deberían considerar seriamente el uso del código abierto para que sus apoyos tecnológicos vayan al mismo ritmo que su organización.

Escalabilidad: Todos los emprendedores inician una actividad en pequeño pero con la intención de crecer, nadie piensa quedarse estancado en su tamaño actual. Entonces es importante que su infraestructura tecnológica sea capaz de manejar desde los volúmenes pequeños de su mercado local hasta los millones de interacciones en el mercado global, sin sacrificar el rendimiento.

Los proyectos de código abierto fueron diseñados con esto en mente, por ello la mayorìa de ellos ofrece una versión (generalmente llamada comunitaria y usualmente gratuita) que puede ser suficiente para empezar y, a medida que su organización crece, se puede escalar hacia las versiones más complejas. Para determinar hasta donde puede llegar con este software basta pensar que emprendimientos como Google, Facebook y Twitter, por mencionar solo algunos, se construyeron sobre su base y ahora cuando tienen millones de usuarios en todo el mundo, los siguen atendiendo con las mismas herramientas.

Confiabilidad: el código abierto está a la vista de todos y la reputación de sus desarrolladores, algo muy importante para nosotros, está en juego porque si alguien quisiera introducir algo oscuro o maligno sería descubierto casi inmediatamente por la comunidad y sus rigurosos procesos de control de calidad. No se confunda, el hecho de que los proyectos se desarrollen en base a voluntarios en todo el mundo, no los hace menos confiables; detrás de cada pieza de código abierto exitoso hay auspicios de empresas que aportan dinero y personal para que los mecanismos de la comunidad sean los más adecuados y garanticen el menor número de defectos.

Ciertamente hay casos de proyectos de software libre en los que su comunidad pierde el interés paralizando su desarrollo, pero son generalmente  casos de software que no despertó el entusiasmo suficiente para adoptarlo masivamente. Por ello, antes de decidirse por una solución construída con  esta filosofía, es importante evaluar el tamaño y la actividad reciente de la comunidad, las empresas que participan en el proyecto, el apoyo local y las reseñas positivas o negativas que se hayan escrito.

Innovación: probablemente la mejor muestra de software innovador de los últimos tiempos son los protocolos, programas y estándares que dieron vida a la Internet. Todo comenzó en 1972 cuando el Dr.Vinton Cerf publicó TCP/IP a lo que posteriormente se refirió en una entrevista: "Parte de la razón por la que nuestros resultados se diseminaron amplia y rápidamente fue que no se reclamaron derechos de propiedad intelectual (patentes) en las piezas que, nuestro equipo y otros, hemos venido desarrollando desde 1960" . Después vendría la IETF (Internet Engineering Task Force) que en 1986 culminó la definición de los estándares de ruteo, manejo y transporte gracias a los que existe Internet, valiéndose de un método abierto y poniendo sus documentos a disposición de todos los interesados en participar.

El software libre también innovó la forma de desarrollar sistemas como lo documenta el ensayo, escrito en 1997 por Eric Raymond, "La catedral y el bazar" en el que se compara el ruido de un bazar oriental con la manera en que muchas personas de diferentes partes del planeta  forman comunidades que escriben programas y se lo contrapone con el software propietario que se asemeja al silencio en que se construye una catedral.

Bajo costo:  Mucho se ha insistido en que código abierto no es sinónimo de gratis, y no puede serlo porque no se podrìa garantizar la viabilidad económica de un proyecto sin el financiamiento de sus costos de desarrollo. Por esta razón han surgido opciones comerciales de código abierto basadas en ofrecer las características básicas gratuitamente y cobrar por las más avanzadas, el soporte y el adiestramiento.

El software libre, por otro lado, si es gratuito y hay muchos proyectos exitosos que funcionan  bajo este modelo. Algunos ejemplos son el GNU/Linux (Stallman estaría feliz de que se le llame así) Apache, Samba, Mozilla Firefox y otros que hacen posible el fenómeno y continúan contribuyendo a su rápida propagación dentro de las pequeñas y medianas empresas mayoritariamente en Latinoamérica y Europa. Y no es que el software libre no tenga costos que cubrir, es que estos proyectos son tan estratégicos que grandes empresas como Intel e IBM los apoyan financieramente asegurando su permanencia a largo plazo.

Los tiempos en que se discutía la adopción del software como un asunto político, con altos niveles de polarización y con argumentos que implicaban un salto de fe, han quedado atrás. Ahora, los empresarios están considerándolo como a cualquier otra herramienta de trabajo, es decir, analizando la perspectiva del costo/beneficio desde la cual el código abierto resulta muy atractivo.

 



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